En este blog encontraréis el material de Hª del Arte de 2º de Bachillerato. Algunos de los materiales son de elaboración propia mientras otros porceden de diversas fuentes y blogs de otros profesores. En epecial agradezco la aportación de Laura Ávila y Jesús A. Manzaneque

miércoles, 3 de octubre de 2012

COMENTARIO ACRÓPOLIS DE ATENAS

La lamina propuesta para comentario presenta un tema de caracter arquitectónico, ya que se trata de un plano, una porción de terreno sobre la que se asientan varios edificios, de los que observamos la planta.
El mayor de ellos, presenta una planta rectangular, dividida interiormente en dos espacios y rodeada en su exterior por columnas en todos su lados. Otros de los elementos de dicha planta, como las cuatro columnas del espacio interior de menor tamaño, nos hacen pensar que estamos ante la planta del Partenón y por lo tanto, ante el plano de la Acrópolis de Atenas. Hablamos por tanto de arquitectura griega en su periodo clásico.

La arquitectura griega se desarrolló tanto en el ámbito religioso como en el ámbito civil. Inauguró nuevos conceptos arquitectónicos  al romper con el sentido monumental de egipcios y mesopotámicos, aplicando en sus construcciones la máxima "el hombre es la medida de todas las cosas". Sus características más destacadas son su sistema arquitrabado y la utilización de la piedra trabajada en grandes sillares, así como la sistematización de los denominados órdenes arquitectónicos (dórico, jónico y corintio).

Urbanísticamente, las ciudades griegas presentaron plano irregurlar hasta la reconstrucción de Mileto, si bien, desde el principio tuvieron dos espacios singulares: el ágora, espacio público que se convertirá en el antecedente de las plazas mediterráneas y que tenía enorme importancia en la vertebración de la vida social de la polis, y la acrópolis. La acrópolis era una zona de la ciudad situada en alto, en la que se ubicaban los edificios sagrados de la ciudad.

De todas las acrópolis griegas, la más relevante es ésta de Atenas que comentamos. Sus momentos de mayor esplendor tuvieron lugar en el siglo V aC bajo el gobierno de Pericles.
Se accedía a ella  a través de los Propileos, obra de Menesicles y dentro del recinto se ecuentran los restos de algunos de los más representativos templos griegos: el Erecteion, jónico, de planta irregular y con una magnífica tribuna de cariátides o el Templo de Atenea Niké.
De entre todos destaca el Partenón. Se trata de un templo de orden dórico, octásilo y períptero que como observamos en el plano tenía pronaos, naos y opistodomos, siguiendo el esquema clásico del templo griego. Característico es su opistodomos, en el que se situaron cuatro columnas de orden jónico, mezclando así órdenes en el mismo edificio. Construido en mármol del Pentélico, el Partenón constituye la síntesis de la arquitectura del periodo clásico; el equilibrio y proporción entre sus partes representa el ideal de belleza del mundo helénico y para llegar a él, sus constructores utilizaron correcciones ópticas, como el éntasis que perfeccionaron la vista del edificio hasta convertirlo en una de las grandes obras arquitectónicas de la Humanidad.
El interior del templo albergaba la imagen de Atenea, diosa procterora de la polis ateniense. Atribuida a Fídeas, esta gigante estatua realizada en criselefantila, con oro y marfil, era sacada en procesión en las celebraciones importantes de la ciudad. Este aspecto del rito griego nos permite explicar la sencillez del interior de los templos: el ritual religioso siempre se celebra fuera; el interior del templo no está concebido para acoger fieles.
Sin embargo la obra del geneial Fídeas en el Partenón, culminará en la decoración de frontones, metopas y especialmente en el magnífico Friso de la Procesión de las Panateneas, que decora el muro de la cella o naos. En ella, el "estilo Partenón" o "estilo bello", alcanzan su culmen, mientras Fídeas nos relata la sociedad de Atenas, dirigida hacia la acrópolis por magistrados.

Por todos los edificios mencionados, así como por la obra de Fídeas en el Partenón, la Acrópolis de Atenas se ha convertido en un espacio trascendental para el estudio del arte griego y en el mejor ejemplo de los conceptos estéticos con los que los grieron sentaron las bases del arte occidental.

martes, 29 de mayo de 2012

miércoles, 9 de mayo de 2012

MUNCH. EL Grito


La lámina propuesta para comentario presenta una obra pictórica de carácter figurativo, El Grito (1893), de Edward Munch (1863-1944).
Podemos definir la temática de la obra como un tema de carácter subjetivo y emocional, ya que el autor trata de reflejar los sentimientos de angustia y soledad que le provoca y provoca a muchos individuos de finales del XIX la alienante sociedad industrial.
Como podemos observar en la lámina, Munch concibe el cuadro a partir de una composición en diagonal marcada por la barandilla del puente, donde un individuo anónimo grita con desesperación, mientras las dos únicas figuras que aparecen en el cuadro se alejan de él, potenciando el sentimiento de soledad. Al tiempo, esa misma diagonal divide el cuadro en dos, a la izquierda el protagonista de la obra y su desesperación; a la derecha, el mundo, la incomprensión y el vacío que le atormentan, todo expresado a través de pinceladas de potente color, alargadas y nerviosas.
Técnicamente, se trata de una obra absolutamente deudora del descubrimiento impresionista del color. Munch, toma del movimiento impresionista esa utilización, potente y atrevida del color. Realmente, el Impresionismo, movimiento pictórico de finales del siglo XIX, supuso una nueva manera de pintar caracterizada por la libertad absoluta en la utilización del color que se convertirá en la base expresiva del cuadro.
Sin embargo Munch se aleja de los Impresionistas por su concepto de la pintura, más ligado al Realismo, ya que frente al “Arte por el Arte” impresionista, Munch, como los realistas utilizan el arte como denuncia.
En realidad Munch, así como otros pintores postimpresionistas supondrá la base de la Vanguardia pictórica de principios del siglo XX. Especialmente Munch y Ensor iniciarán el movimiento Expresionista, que utiliza el color de manera atrevida y casi violenta para “disparar” emocionalmente al espectador con la fuerza del sentimiento reflejado en sus obras.
En el caso del cuadro que nos ocupa, ese sentimiento, como decíamos al comienzo es un sentimiento de desesperación, angustia y soledad perfectamente entendible en el contexto histórico de Munch: el momento álgido de la Revolución industrial, cuando Europa y parte del mundo estaba descubriendo una nueva manera de vivir y de producir, alejada de las relaciones humanas intensas y cercanas de la sociedad rural preindustrial para adentrarse en el mundo urbano, la sociedad de masas y el beneficio económico.
Este sentimiento que fue común a otros artistas de la época, como Gaugin o Ensor, queda magníficamente reflejado en esta obra de Munch, deudora del Impresionismo en cuanto a la técnica y anunciadora del Expresionismo en cuanto al concepto pictórico que la alumbra.

miércoles, 25 de abril de 2012

GAUDÍ: Templo Expiatorio de la Sagrada Familia


La lámina propuesta para comentario presenta una obra arquitectónica de carácter religioso. Se trata del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, en Barcelona, de Antoni Gaudí, máximo exponente de la arquitectura modernista catalana, y en general uno de los grandes arquitectos del Modernismo donominado “ondulante”.


El Modernismo constituye el singular epílogo de la arquitectura decimonónica e inicio de la de principios del siglo XX. Los arquitectos modernistas, no rehusaron en ocasiones la inspiración historicista, pero concibieron una nueva arquitectura en que la funcionalidad y la forma compartían importancia. La decoración y la estética constituía para estos arquitectos parte esencial del proyecto. Dentro del denominado Modernismo Ondulante, destaca la inpiración el las formas de la naturaleza y la línea curva, de la que fue un verdadero maestro Antoni Gaudí.


De entre su vasta producción artística, destaca la obra que nos ocupa, que dejó inacabada y que aún hoy se encuentra en construcción. Gaudí asume el proyecto iniciado en estilo Neogótico y varia los planteamientos iniciales del mismo.


La Sagrada Familia es un templo de cinco naves con crucero de tres, formando una cruz latina de amplias dimensiones: crucero, 60 m; anchura de la nave central, 15 m; naves laterales, 7,5 m cada una (la nave principal en total, 45 m); anchura del crucero, 30 m. El ábside es lobulado, presentando 7 capillas.
El plan del templo presenta tres accesos, cargados de simbolismo católico: la Fachada de la Natividad, la Fachada de la Pasión (accesos a nave de crucero)y  la Fachada de la Gloria (acceso a nave principal, aún sin terminar).
Uno de los elementos más sorprendentes y singulares del proyecto de Gaudí son las 18 torres que culminarán la construcción cuando esté terminada: 4 torres por cada acceso y otras 6 en la zona del crucero. Gaudí proyectó estas torres con forma cónica y una torsión parabólica que dota de un marcado sentido ascensional la fachada de la iglesia.


En el interior, columnas inclinadas soportan el peso de las bóvedas (modulares y ligeras) dando al espectador una sensación de bosque, de gran belleza arquitectónica.


La Fachada de la Natividad fue la única construida por Gaudí y se divide en tres pórticos cuya iconografía hace referencia a las Virtudes Teologales: Fe , Esperanza y Caridad.


Por último señalar la belleza de unos ventanales en cuyo diseño, Gaudí fue evolucionando desde los neogóticos a las formas ondulantes y elipsoidales que caracterizarían gran parte de su arquitectura.


Por todos estos elementos, el conjunto se convierte en uno de los más elocuentes del genio constructivo y la imaginación gaudianos.

viernes, 20 de abril de 2012

TURNER. Rain, Steam and Speed


La lámina propuesta para comentario presenta una obra pictórica de carácter figurativo realizada en óleo sobre lienzo.
Se trata de la obra Rain, Steam and Speed, de 1844 del artista británico Joseph Mallord William TURNER. Se trata de un tema paisajístico en el que encontramos las características definitorias de la pintura de Turner: cierta incorporeidad y un tratamiento muy especial (protagonista de la obra) de la luz. En cuanto a composición destaca la potente diagonal con la que el autor dirige el tren hacia el especatador en oposición a la horizontalidad del resto de elementos del cuadro.

Durante el siglo XIX, el interés por la luz (que culminará en el Impresionismo) presidirá el desarrollo de la pintura occidental, como queda de manifiesto en esta obra de Turner que basa el lienzo en una atmósfera dominada por el color, engama de amarillos y ocres que contrastan con la gama oscura del ferrocarril (elocuente símbolo de la época que vive Turner y del desarrollo tecnológico) que surca la escena con una "sugerencia" de velocidad realmente conseguida.

Esta preocupación por la luz y la creación de atmósferas, llevó a Turner a convertise en un gran acuarelista. Utilizó esta técnica en busca de una pintura cada vez más incorpórea en la que la solidez de las formas se disuelve en una atmósfera de luz y color, tal y como apreciamos en la imagen que comentamos.

La pintura de Turner, junto a la de Constable, aunque desligadas del Romanticismo de su época, llevarán al paisajismo británico a convertirse en pieza clave (antecedente del Realismo y del Impresionismo) en la conformación de la pintura contemporánea.

sábado, 28 de enero de 2012

GIOTTO. San Francisco entrega su capa a un mendigo


La lámina propuesta para comentario presente un tema pictórico de carácter figurativo realizado al fresco por Giotto di Bondone.
La composición (cuyo centro es la cabeza del santo) presenta dos personajes en primera línea (uno de ellos tocado por el halo de santidad), que se están  intercambiando un trozo de tela.Junto a ellos y curiosamente también en primer plano, aparece un caballo y al fondo  y colaborando a una incipiente sensación de profundidad un paisaje que mezcla naturaleza (rocas y escasa  vegetación) con estructuras arquitectónicas, en lo que parece ser un pueblo formado por casas blancas y una pequeña ermita. Este fondp se convierte en el escenario creíble en el que transcurre la acción.

En cuanto a los valores plásticos de la obra, destacamos la coherencia de la gama cromática  en tonos cálidos que sólo se interrumpen con el azul del cielo al fondo que conecta con el azul del la vestimanta de San Francisco en primer plano.

Se trata de la obra "San Francisco da su capa a un mendigo", que forma parte de la serie decorativa dedicada a la vida de San Francisco en la Basílica de Asís.

La obra realizada entre 1297 y 1299, es decir, ya al borde del siglo XIV, constituye una buena muestra de la pintura gótica, en concreto de la escuela pictórica denominada de los "Primitivos Italianos", una serie de autores que desde las escuelas siennesa y florentina alumbrarán una nueva figuración que culminará en la pintura renacentista.

El contexto sociocultural del arte gótico está marcado por el renacer de la cultura urbana en Europa y por la nueva sensibilidad de una nueva clase social, la burguesía. Pero también y especialmente en este periodo bajomedieval por un cambio en el sentimiento religioso propiciado por el Pensamiento franciscano, que se traducirá artísticamente en una tendencia naturalista, que frente al simbolismo y el conceptualismo de las representaciones románicas se fundamentará en un nuevo intento de mímesis de la naturaleza. El interés de estos autores se centrará en dotar de relismo sus representaciones, lo que lleva, como observamos en la obra que comentamos, a tratar incluso a los personajes sagrados como humanos. De hecho, tan sólo la orla de santidad diferencia a San Francisco del mendigo al que entrega su capa, alejándose de la rígida jerarquización románica.

Giotto di Bondone, trabaja en esta línea que describimos pero su interés por hacer de la pintura un hecho intelectual, basado en el dominio de técnicas y conceptos y orientándola hacia el dominio de la representación espacial, lo ha convertido en el más sobresaliente representante de estas escuelas pictóricas y le ha valido el título de iniciador de la pintura moderna.
La pintura de Giotto, como apreciamos en nuestra lámina, se inspira en el natural rompiendo con la estilización bizantina y convirtiendo en prioritaria la presencia de la figura humana, que en sus obras de madurez (entre 1300 y 1305), alcanzará ampulosidad y volúmen.
Junto a Giotto y ya en el siglo XV, será el brillante epílogo de la pintura gótica en Flandes, la escuela de los "Primitivos Flamencos" los que completen una nueva manera de entender la pintura dando paso a una nueva era artística.